Hoy estreno…

Casa de Cultura de Versalles presenta:

El amor… y una señora
de Carlos Llopis

Como ya he comentado en otro momento, desde hace un tiempo estoy ensayando en Casa de Cultura de Versalles la obra «La gata sobre el tejado de zinc caliente» del invalorable Tennessee Williams, de estreno todavía sin fecha dada la meticulosidad de su director. De hecho, me parece la forma más correcta de trabajar, aún en una actividad vocacional como la nuestra: a conciencia, sin apuro, estrenando tan solo cuando nos sentimos satisfechos con los resultados, cuando los ensayos han sacado de cada uno su máximo potencial, aún en papeles que, como el mío, se refieren exclusivamente a los aspectos técnicos de la puesta. Aún en el caso de la sonidista e iluminadora, todos los miembros del elenco deben estar embebidos en la obra, y esto es algo bastante más allá de saber la letra: implica compenetrarse con los personajes y las situaciones para que el trabajo se convierta en realista.

Pues bien, en paralelo llegaban los comentarios sobre el desempeño del proyecto del otro grupo, compartido por varios de los actores de «La gata…», que no era otro que «El amor… y una señora». Frente a la armonía de nuestro elenco, se notaba entre ellos los rencores, orgullos y resentimientos… Pero, ¿para qué dar lugar a lo malo? lo cierto es que hace cuestión de un mes me llamaron para que les haga el aspecto técnico. Presencié 2 ensayos, y no digo participé porque aún no tuve contacto siquiera con la música de la obra, me enteraré hoy. Aún así, me sirvió como para obtener impresiones y realizar esta crítica preestreno; mañana actualizaré esto para que sepan si estuve acertada o no.

Consideraciones previas al estreno – Sábado 29 de Octubre

Leyendo el libreto, es una comedia típicamente costumbrista, en este caso de España, pero similar en su temática y sus formas a las comedias criollas de Gregorio de Laferrere y Florencio Sánchez, cuyo mayor exponente es «Jettatore!» Rosalía y Fermín llevan 5 años de casados en una vida matrimonial idílica y acomodada. Tal vez por esta ausencia de preocupaciones, Rosalía comienza a sufrir unos extraños síntomas que desencadenan toda una serie de sucesos producto del modo en que cada miembro de la familia se toma la cuestión. Y como toda comedia de este género, siempre resulta un final feliz al mejor estilo color de rosa, donde cada personaje ve resuelto su conflicto y todos son felices y comen perdices.

Sin embargo, pese a la sencillez y gracia del texto y la ligereza del argumento, la obra está a mi juicio demasiado verde; faltan ensayos, falta letra, faltan indicaciones, lo cual se traduce en que falta compenetración y eso resta credibilidad. El texto es bueno, y por eso debería traducirse en una puesta algo más divertida. Luego les diré que reacción provoca en el público, pero en lo que a mi respecta solo una escena me ha hecho reir, las otras me provocaron una sonrisa cuando hay ciertos diálogos que con un poco más de empeño serían para descostillarse. Eso se debe tan solo a la pericia (o impericia) de los actores.

A mi gusto se trata de un estreno muy apresurado: en el supuesto ensayo general cambiaron la escenografía invirtiendo las entradas y salidas al escenario, con la consecuente redistribución del mobiliario, algo que generó todo tipo de desconcentraciones, ya que los movimientos ensayados no se correspondían con la nueva distribución. Esto juega en contra, ya que todos deben salir a escena con la preocupación de haber perdido la mecánica de las entradas, salidas y movimientos. Por otro lado hubo actores que se incorporaron a último momento y que por eso las escenas están con alfileres… lo que transforma dichas escenas en un recitado de letra. Cabe destacar en defensa de estos últimos casos que varios actores que están asignados desde el principio adolecen del mismo defecto, desluciendo papeles interesantes al ser ellos mismos en vez de transfigurarse.

Por otro lado, reina un ambiente tenso, algo no novedoso en este elenco, pero no por eso menos molesto. Acusaciones cruzadas por la espalda se combinan con reacciones de falta de compañerismo y cooperación. Pormenores se dirá… cuando en verdad son pormayores ya que se reflejan en la escena. En un grupo de teatro debe primar el compañerismo. El éxito de uno es el éxito de todos, por eso debe haber colaboración y, sobre todo, confianza. Tal vez no seamos amigos pero conviene tener un trato cordial, porque ¿cómo vamos a pretender abandonarnos al personaje cuando nuestro ser actor esta a la defensiva de la reacción del otro actor que nos acompaña porque éste no está dispuesto a darnos una mano ante nuestros errores? Pareciera que hay ciertas veleidades de estrellita que hacen que este grupo termine estrellado, tal como sucedió en su última presentación con una obra que fue calificada como «la peor que se ha visto en Casa de Cultura» según opinión de ciertos espectadores habitués.

Tal vez esté demasiado escéptica… el producto tiene sus brillos, luego les contaré tras el estreno y les pasaré nuevas fechas por si quieren venir. Siempre las puestas, con su escenografía y vestuario, con el agregado de los efectos técnicos de luz y sonido, sin cortes de dirección, lucen de otra manera y hasta satisfacen, y aún más cuando no se conocen los conflictos internos del elenco, o mejor dicho, las personalidades conflictivas, aunque alguien con buen ojo las puede detectar a partir del desempeño desconexo de este elenco.

Deseenme suerte, ya me estoy yendo a cumplir con mi función. Recen por mí, lo voy a necesitar, ya que nunca ensayé con los efectos técnicos… y da la casualidad de que mi rol es ingrato… da un realce tal a las obras que solo se nota cuando hay errores o está mal hecho… pese a todo sé que lo voy a disfrutar, como siempre!!! Y ya les contaré mañana.

Crítica post estreno – Lunes 31 de Octubre

Debo decir que todo resultó mejor de lo que esperaba. La vieja camaradería entre la mayor parte del grupo hizo de la previa un momento agradable. Es decir, debo aclarar primero la situación: el viejo grupo, raiz original del elenco, es el sector más conflictivo (obviamente con excepciones). Los que nos hemos ido agregando con el tiempo hemos compartido obras fuera de ese elenco… tal vez por ello tenemos una relación diferente. Lo cierto es que corriendo con Patricia para pintarla como la pitonisa, subida con Ale y Patricia colgando unas cortinas negras, ayudando a Claudio, Néstor y Andrés a armar escenografía y luces todo pasó amenamente.

La ventaja de actuar en un centro de jubilados fue que la sala se llenó, había más de 50 personas presenciando la obra. Y bueno, como se trataba de una comedia, la mayoría rió con ganas… y los errores se disimularon. Además, el peor error lo presenciaron las dos actrices que más de punta estaban!!! Y sin embargo aquella que antes decía que se iba a negar a ayudar a la otra fue la que sacó las papas del fuego.
Tal vez faltó un poco… pero en la comedia todo se disimula, la gente está mejor predispuesta. Ciertos gags no causaron la risa esperada, aunque llegamos a comprender otros cuando fue el público el que los señaló con su risa. Aún así, ciertas actuaciones fueron sumamente elogiadas, paradójicamente, las mismas que fueron defenestradas en la obra anterior. Puntualmente, el actuar sin ponerse en personaje en la otra obra no calzó con esta actriz, mientras que en esta quedó mejor que en ninguna. Me sorprendió así mismo que 2 actores debutantes en Casa de Cultura hicieran sus papeles tan prolijamente, uno de ellos, Néstor, asumiendo 2 papeles, con lo que eso implica en cuanto a darle vida a personalidades tan diversas y ayudar al público para que diferencie ambos personajes.

El hecho de no tener casa nos bajoneaba un poco, no es lo mismo actuar en un lugar conocido, donde se ha ensayado desde el principio que andar pululando en busca de salas; ensayar en esa incertidumbre es horrendo. Por ello la acogida que nos brindaron en el Centro de Jubilados nos llenó de alegría, su satisfacción, sus enormes ganas de colaborar y ayudar, su entusiasmo… creo que han sido uno de los mejores públicos ajenos a los allegados del elenco que he visto!!!

Además, debo destacar aparte el hecho de que, como lo había anticipado, todo cambió y mejoró con la ambientación. La ropa, sombreros y peinados de las actrices estuvo muy cuidada, al igual que la de los hombres, pero bueno, para que nos vamos a engañar, ellos la solucionan más fácil!! Y la ambientación, los muebles… no se si por la necesidad de que fueran livianos para trasladarlos mejor (actualmente no tenemos casa) o porque eran los únicos que estaban disponibles, debo decir que la escenografía esta vuelta fue todo un lujo, comparable a Verano y Humo. Dicho sea de paso, las ansias de reponer esta última obra son enormes!!!

El balance fue positivo, con lo cual se han recargado mis pilas para seguir adelante con la actividad, y en especial con esta obra ya que con «La gata» estoy enganchada desde el principio. Sin embargo la añoranza de Verano y Humo es grande, todos queremos regresar a esa obra de ensueños, y… ¿quién más que yo, que además de participar tenía un papel en ella!!! Pero debemos esperar… tiempo al tiempo… probablemente todo llegará… y les avisaré!!!

Por lo pronto las fotos están en el álbum de teatro, aunque algunas ya he puesto para ilustrar este artículo. Próximamente haré más críticas, según se vayan desarrollando las funciones. Calculo que versarán más sobre anécdotas que sobre cuestiones técnicas… y espero que muchos vengan a vernos así corroboran si estas impresiones son verdaderas!!! No creo que vayan a arrepentirse!!

 Para seguir viendo:

Comentario de la función siguiente 

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