Tener valor

A partir de la lectura colectiva de la Divina Comedia

Purgatorio, canto 22. Estacio confirma que en el círculo de la avaricia, se subsana también la prodigalidad: el gastar sin medida. Ademas, nos cuenta que por miedo penó varios siglos en el círculo de la pereza. Así, la falta de diligencia también se vincula con los momentos en que por miedo evitamos hacer lo que debemos.

Si mezclo los dos, repensando el mundo actual, me da un coctel explosivo. Porque en el mundo en el que vivimos, se nos empuja constantemente a gastar, a estar el día, a seguir el tren de los demás. Al que no lo hace, la propia sociedad lo condena marcándolo como el diferente. Se mofan, o sienten pena… lo marginan de alguna forma.

Cuando uno no quiere, y peor cuando quiere y no puede, seguir este ritmo, asumir las elecciones y/o posibilidades es difícil. A veces uno termina siguiendo hábitos de consumo que no asumiría por temor al rechazo de los demás. Doble falta, todo porque nos falta coraje para asumir nuestras decisiones. Tampoco somos felices, porque vivimos para complacer las percepciones de otros, y como la espiral del consumo no se detiene, nunca estaremos satisfechos porque siempre nos marcaran algo que nos falta.

Pienso también en el tiempo. A veces dedicamos tanto tiempo a cosas supérfluas que no nos llenan, pero nos cuestas decir que no. Nos cuesta cortar, poner el límite. Terminamos gastando el único bien que no podemos comprar, y ni siquiera lo hemos elegido.

Veremos que nos depara el círculo de la gula, de los glotones.