A partir de la lectura colectiva de la Divina Comedia
Ilustra: Gustave Doré
Infierno, canto 9. Frente a la puerta de Dite y sus defensores infranqueables, aparece el miedo. Miedo en Dante, miedo en su guía Virgilio. Y acá hay una riqueza que me encantó: Virgilio tiene miedo, duda, se lo ve vulnerable, sin embargo, dice Dante: «Aquel color que el miedo pintó en mi rostro cuando vi a mi guía retroceder hizo que en el suyo se desvaneciera más pronto su palidez.» (Inf 9).
Qué cosa noble el valor, que aparece cuando tenemos al lado alguien más débil que nosotros. La fuerza surge de donde no la teníamos, y no sólo podemos enfrentar nosotros sino proteger a otros. Por eso, Virgilio también tapa los ojos de Dante cuando llega Medusa; finalmente un angel salvador llega a abrir la puerta.
La nota graciosa: «Entonces se volvió hacia el cenagoso camino sin dirigirnos la palabra, semejante a un hombre a quien apremian y preocupan otros cuidados que no se relacionan con la gente que tiene delante.» (Inf 9) Suponemos que el ángel estaba tranquilo y llegó diciendo «por estos dos locos que se les ocurre meterse en el infierno tengo que ir hasta allá». La Divina Comedia da para todo… y está genial!!
A corazón abierto 