Diarios de Motocicleta

Diarios de Motocicleta

Esta es la historia de un viaje. Todos los viajes cambian en su transcurso a las personas y devuelven personas nuevas. Esta es la historia del viaje que transformó a Ernesto Guevara de la Serna en el Che Guevara.

Narra el viaje por Sudamérica que Ernesto emprendió con su amigo Alberto Granado cuando tenía 23 años. Es la narración de las peripecias propias de los imprevistos del camino, y de todo lo que fueron viendo. Es la historia de la realidad que encontraron a su paso y de cómo esas realidad los marcó para siempre.

En lo personal, me conmueve tremendamente la película;  siempre termino de verla con un extraño nudo en el pecho y en la garganta. Es que hasta puedo sentir lo que sienten sus protagonistas, puesto que a mi también me ha tocado planear un viaje con espíritu divertido y encontrar que en el camino mi alma se va templando al calor de la realidad que encuentro. Y si bien yo nunca tomaría el fusil como el Che (para mí implica la misma violencia que se intenta combatir pero de signo contrario), es verdad que la realidad te subleva y te empuja a hacer algo.

Pensar un viaje es poner en juego las aspiraciones en la vida. Los destinos a visitar son la muestra de dónde ponemos el objetivo de nuestra vida. Se me suele cuestionar no interesarme ir a Europa… a mi me tira la tierra, gastar zapatillas por América Latina. Y siento que mirar a Europa es buscar un camino individual, admirar lo que queremos alcanzar; mirar América profunda es intentar un camino colectivo, es tratar de remediar la desigualdad para que todos puedan tener una existencia más digna.

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¿Qué quiero, mi Jesús?

Camino de Otoño¿Qué quiero mi Jesús? Quiero quererte,
quiero cuanto hay en mí del todo darte.
Sin tener más placer que el de adorarte,
sin tener más temor que el de ofenderte.

Quiero olvidarlo todo y conocerte,
quiero dejarlo todo por buscarte,
quiero perderlo todo para hallarte,
quiero ignorarlo todo por saberte.

Quiero, amable Jesús, abismarme
en ese dulce hueco de tu herida
y en tus divinas llamas abrasarme.

Quiero, por fin, en ti transfigurarme,
morir a mi para vivir tu vida;
perderme en ti, Jesús, y no encontrarme.

¿Qué quiero mi Jesús?
¡Quiero quererte!

Algo especial…

Adoro esta canción, adoro lo que dice, es tan simple pero tan cierta… encontrar a alguien, sentir algo especial… Porque es cierto: cuando esa persona es para uno, de inmediato se sienten las mariposas en la panza.

Y a veces hay que esperar el momento justo… pero como dice la canción, tal vez deba ser de ese modo, en ese tiempo y no en otro…

It never happened before
Paul McCartney

I’m very sure, this never happened to me before
Estoy segura, esto no me ha sucedido antes
I met you and now I’m sure:
Te encontré, y ahora estoy segura:
This never happened before.
Esto nunca ha sucedido antes.

Now I see, this is the way it’s supposed to be
Ahora veo, se suponía que fuera de este modo
I met you and now I see
Te encontré, y ahora veo
This is the way it should be
debía ser de esta forma.

This is the way it should be, for lovers
Debía ser de este modo, para los enamorados
They shouldn’t go it alone
ellos no deben ir solos,
It’s not so good when your on your own
no es bueno cuando estás en tu propio mundo.

So come to me, now we can be what we want to be
Entonces ven a mi, ahora podemos ser lo que queramos ser
I love you and now I see
te amo, y ahora veo
This is the way it should be
debía ser de este modo

This is the way it should be, for lovers
Debía ser de este modo, para los enamorados
They shouldn’t go it alone
ellos no deben ir solos,
It’s not so good when your on your own
no es bueno cuando estás en tu propio mundo.

I’m very sure, this never happened to me before
Estoy muy segura, esto nunca me había sucedido antes
I met you and now I’m sure
Te encontré y ahora estoy segura
This never happened before.
Esto nunca ha sucedido antes.

La oración de la maestra

FELIZ DÍA DEL MAESTRO!!

Maestra y alumnos

¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra.

Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes.

Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé.

Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más.

Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él.

Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de niños descalzos.

Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida.

¡Amigo, acompáñame! ¡Sostenme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado. Cuando mi doctrina sea más casta y más quemante mi verdad, me quedaré sin los mundanos; pero Tú me oprimirás entonces contra tu corazón, el que supo harto de soledad y desamparo. Yo no buscaré sino en tu mirada la dulzura de las aprobaciones.

Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana.

Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.

Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!

Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas.

Y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente de amor.

Gabriela Mistral

Nadie es maestro por el dinero que se gana, se es maestro por vocación: porque hay algo que urge trasmitir, porque se tiene la convicción de que con ello la vida del otro puede ser mejor.

No todos los maestros tienen título; muchos son maestros en la vida. Sin embargo, todos son maestros desde el alma y han elegido encarar cada día la tarea de alumbrar alrededor de ellos con humildad y profundo amor a la humanidad!!

Muchos (aunque cada vez menos) hemos decidido afirmar con estudio esa vocación que sentíamos en el corazón, y hacer de nuestra vida un acto de entrega a los demás. Cada día nos levantamos y partimos a la escuela, una escuela cada vez más compleja, donde nuestra labor queda cada vez más pequeña.

Pero pese a las frustraciones y las dudas, también cosechamos bendiciones y sonrisas, y es el afecto de nuestros alumnos el que hace que podamos dormir satisfechos y seguir adelante al día siguiente.

Por ello hoy quiero saludar a mis colegas y compartir esta oración escrita por la gran Gabriela Mistral, que lleva en sus palabras todos los sentimientos que nos alumbran al llevar a cabo la labor cotidiana.

Otros textos sobre la labor docente…

– Virtudes Choique

– Un héroe de nuestro tiempo

– Aprender a educar

Reencuentro

«Al fin el tiempo nos reunió
como a planetas que orbitan»

Te conocí – Ismael Serrano

Todos los mensajes que giran en torno al Encuentro Continental de Jóvenes son emocionantes, pero hubo uno que me conmovió especialmente que fue el de Matías, un comentario super largo en el que contaba su vida, después de Chile,  su experiencia en el Encuentro y que cerraba diciendo:

«se que los voy a dejar con ganas de mas, porque estas cosas no nos aburren, al contrario, ustedes saben de lo que hablo, solo nosotros podemos entender y sentir lo que siente cada uno de los que cuenta experiencias vividas en este encuentro. Sabe Dios por que estas cosas suceden, a lo mejor el futuro no muy lejano de nuestro continente esta en las manos de todos los que hicimos este Encuentro, ojala asi sea…«

Yo no podría haberlo dicho más claro. Y Dios sabe lo que he trabajado para que todos se reencuentren con sus familias, con sus amigos, con sus comunidades, con las personas con las que vivimos esos días maravillosos. Porque sé que a quienes estuvimos allí, nos conozcamos o no, nos une un lazo tal que no existen palabras para describirlo.

Quiero contar hoy que me llegó el turno del reencuentro. Sucedió el sábado a la tarde, cuando estaba ofuscada, con mi tobillo esguinzado y la esperanza de que «algo me erice la piel y me rescate del naufragio» al decir de Ismael Serrano. Y ese algo fue un llamado telefónico.

“Mirá, vos no me conocés, yo no te conozco tampoco, pero me llamo igual que vos, Nora R. Te llamo porque me ubicó un chico de Chile que en realidad te está buscando a vos, dice que se conocieron en un encuentro de jóvenes, se llama Ismael P.”

Y se me erizó la piel, y se me llenaron los ojos de lágrimas (como ahora que lo escribo y como cada vez que lo conté) y me tuve que sentar (y no por el tobillo, que en ese momento desapareció de mi mundo)… porque también hacía tiempo que venía buscando a Ismael…

Siempre me pregunté qué habría sido de él y me lamentaba de perder el contacto por carta. Lo conocí el día de la acogida, cuando me acompañó con los bolsos a la casa que me habían asignado. Y la semana pasada lo estuve buscando sin éxito con el Facebook… y fue él el que tuvo el coraje para pedirle a la Nora R. que encontró si me podía llamar…

Lo cierto es que quedé en blanco frente a la pantalla de mi mail, con el cursor titilando… imagínense lo raro que es eso cuando sostengo este blog… Así que me remití a agregarlo al Facebook… Me escribió el domingo, y yo seguía llorando!! y vi sus fotos, y seguí llorando emocionada!!

El tiempo ha pasado, la foto que tenemos juntos muestra a dos niños de 16 años; hoy lo veo en sus fotos y es todo un hombre. Pero en esencia somos los mismos. Eso se notó cuando nos encontramos en messenger, y lo vi por cámara web… sus mismos ojos llenos de brillitos, la misma sonrisa con la que se le ilumina la cara, esa picardía… me agarré a la silla porque mi único deseo era salir corriendo y darle un abrazo, el abrazo que nos debemos hace 11 años. Porque nunca nos olvidamos, y al hablar parece que fue ayer que nos despedimos en Peñaflor.

Ahora también tengo cámara web… no me resistí al pasar por un negocio porque quería que me viera, quería darle a él la felicidad que el me daba cuando yo veía su imagen saludándome en la pantalla. Quería que me viera reir de felicidad, dibujar la sonrisa inevitable que me provoca el hecho de que lo encontré de nuevo.

A través de Ismael me agregó Esteban, con quien nos conocimos menos en el Encuentro pero que ahora tenemos nuestra oportunidad. Y he podido saber de Francisco, a quien también conocí en los días mágicos de Octubre de 1998.

Así que se prolongan los chateos hasta las 3AM y voy media dormida a trabajar, pero profundamente feliz, con miles de sueños y proyectos de reencuentros cara a cara, viajes de vacaciones… y con la esperanza de que pronto, muy pronto, podré mirar a los ojos a mi amigo, que escuche mi propia voz diciendo cuánto lo quiero, y darnos ese abrazo tan largamente esperado.