Postales francesas

Torre Eiffel

Desde Francia escribía a mis amigos. Estas son las postales que les envié.

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Tomar mate en los jardines de Versalles con un alemán que se animó a probar no tiene precio. Para todo lo demás existe Master Card. (esperamos que no le haya caído mal)
Estamos haciendo un doctorado acelerado en viajes en metro. Demasiadas combinaciones por estación (hasta 7 líneas en un mismo punto) siempre llenas de gente. Hasta ahora, siempre con éxito y cada día es un nuevo desafío.
Hace frío, pero no nos amedrenta. Estamos recorriendo montones de lugares hermosos en esta ciudad.
Entrar a Notre Dame y que te reciba un coro de jóvenes tampoco tiene precio.
Con la práctica de francés ahí andamos, un tanto complicada porque todo el mundo habla español. Después del esfuerzo de formular una frase, la respuesta es «¿español?» o directamente nos contestan en español. La prueba de fuego está por venir en el Sur.
La vida en Clichy, donde viven Flor y Sergio se pasa muy bien, el barrio es hermoso y ellos son muy cálidos. Hemos salido a comer y nos están ayudando a orientarnos y en todo.

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Museo del LouvreParís es un hormiguero. Hay turistas por todos lados, se oyen hablar todo tipo de lenguas, y todos champurreamos mitad inglés mitad francés para pedirnos fotos y favores por el estilo. Pero los parisinos típicos tampoco existen, ahora hay cualquier cantidad de africanos, a veces con trajes típicos, y de musulmanes, quienes son muy visibles en las mujeres con sus pañuelos en la cabeza. 
París es un hormiguero por sus galerías subte, me gustaría tener un modelo en 3D que permita ver la mar de túneles y galerías peatonales que lo forman. Es una ciudad bajo la ciudad, todo el tiempo transitada. Y a la vuelta de un tunel se puede escuchar un bandoneón tocando «por una cabeza» como nos pasó hoy.
Así seguimos transitando y descubriendo París, a veces «con más culo que cabeza» al decir de Vero, porque nos hemos encontrado cosas más por suerte que por voluntad, como hoy, creyendo que bajábamos al metro en realidad terminamos bajo el arco del triunfo, al que gracias al equívoco pudimos subir. Igual, siempre pudimos resolver los problemas y aprovechar oportunidades que se nos van presentando.

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Cruzar Francia es cruzar un parque. Campos cultivados salpicados de pequeños pueblos de casas que se ven antiguas, donde resaltan las iglesias, también antiguas. La experiencia de compartir un auto con otros viajeros fue muy linda, nos contaron sobre las regiones que atravesábamos y sobre la vida en el país. 
Clermont Ferrand es una ciudad nacida de la unión de dos ciudades. Es antigua y oscura, porque está hecha de rocas volcánicas. Es un laberinto de callecitas que tienen un encanto especial, y a la vuelta de cada una se encuentran fuentes de las cuales aún se puede tomar el agua. La catedral es negra y desde la torre la vista es impactante; los techos rojos de las casas y más allá, la llanura y los cerros. Destaca el Puy de Dome que está nevado.
Fred ha sido nuestro guía en el paseo, nos preparó una hermosa recorrida.
Estamos en una casa con otros chicos, anoche cenamos todos juntos, fue muy rico y muy lindo, es divertida la mezcla de lenguas, un poco de español, de inglés, de italiano y mucho francés, todo mezclado. Siempre me maravilló la magia de la comunicación, cómo cuando hay voluntad todos nos entendemos, el lenguaje de las señas es universal y así se puede convivir aún sin comprender las palabras.

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Notre DameUltimos momentos en París y en Francia. Fui a subir a Notre Dame, hermosa la vista, valió la pena subir los 400 escalones de escalera caracol. Luego fui a los puestos de libros que estan al borde del Sena, donde habíamos paseado con Vero mirando Notre Dame y compré tres libros del Petit Nicolás para reirme un poco y practicar en el avión. De ahí caminé por las islas y me fui a la zona de Chatelet que hay fuentes y torres que quería ver, caminé después al Palais Royal y por fin pude entrar!! Almorcé en el jardín. Crucé el imponente patio del Louvre y me tomé el mejor helado de mi vida en las Tullerías. Me senté un rato a leer y ver la gente ir y venir, entre el jardín de flores. Luego fui a Place Vendome y a la Opera, pude hacer la visita interior, hermosa!! Y de ahí caminé un poco más pero me perdí, así que cuando encontré el metro me volví a hacer la valija, ya estaba muy cansada. Hice las compras en el super y me quedé dormida leyendo. Ese fue mi día  Fue raro hacerlo sin Vero… Hoy hay otro día de sol a pleno, así que me voy a almorzar frente a la torre Eiffel para verla por última vez antes de partir…